miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cipriani y sus iras no santas


Otro escándalo más. Parece que Monseñor añora sus antiguas y cercanas relaciones con dictadores sentenciados por delitos de lesa humanidad y aquellas épocas donde la libertad de expresión era un saludo a la bandera (a la cruz en este caso). El arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani le ha prohibido al sacerdote Eduardo Arens Kückelkorn enseñar teología en su diócesis. Esta arbitrariedad respondería a la humana envidia de Monseñor ante el reconocimiento académico de Arens y habría provocado el rechazo de un gran número de sacerdotes peruanos. Inclusive se ha preparado un expediente de queja al mismo Vaticano, que de paso ya estaría al tanto de todo esto por sus propios canales.

El tema fue puesto a la luz pública por el religioso Xabier Pikaza, profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca en su blog bajo el título “Cuatro obispos del Opus, cuatro teólogos “prohibidos” (Mons. Cipriani versus E. Arens etc).”, donde explica:

"Mons. Juan Luis Cipriani, el ya famoso cardenal del Opus Dei en Lima, le ha comunicado al Instituto Teologico de Lima, donde E. Arens es Profesor de Biblia, que no le concede de ninguna manera y de forma tajante y definitiva "mientras sea obispo de Lima" la missio canonica. Me escriben de Lima diciendo que esta prohibición han que tomarla como una condecoración viniendo de quien viene--- Pero que por otro lado es una censura, no solo para E. Arens, sino para todos los que hacen una exégesis crítica, si no se ciñan a "la hoja de ruta" del Vaticano, como el documento de la PCB del 93."

(...)

"Quizá haya de fondo una razón real. El año 2000 Cipriani expulsó a Arens de la diócesis. Pero Arens (que tiene amigos influyentes en su Congregación) fue al Vaticano y le dieron la razón a él, en contra de Cipriani… La única condición que el Vaticano puso a E. Arens fue que dialogara con su obispo, cosa que parece que ha sido imposible, como me dicen todos los contactos que tengo en Lima."

Luego, el sacerdote Hugo Cáceres levantó la primera voz de protesta mediante una carta publicada aqui, quien menciona:

"La hostilidad que provoca en Mons. Juan Luis Cipriani cualquier situación que escapa de su control o que desafía su limitada comprensión de la realidad peruana y eclesial, es suficientemente conocida como para recurrir a ella y argumentar en favor de mi profesor, amigo y colega Eduardo Arens. Además de sus conocidas rabietas, rociadas de lenguaje grosero que ponen en situación embarazosa a la Iglesia peruana y a sus propios cofrades del Opus Dei, son también ampliamente reconocidas las ambiciones de poder que conducen a Cipriani a actuar de modo arbitrario, arrogante y caprichoso, como lo prueban multitud de sacerdotes y religiosos que se han visto obligados a emigrar de la Arquidiócesis de Lima, porque los ha despojado de casas de retiro y parroquias. Está de más recordar que la ambición máxima del purpurado es asumir el control absoluto de la Universidad Católica, deseo que se ha visto frustrado por la acción eficaz de nuestra primera casa de estudios. Pero todo esto no sería más que fruto de un dudoso exceso de celo, comprensible en un arzobispo de escasos recursos teológicos y torpeza pastoral si es que además Cipriani no hubiera sido un permanente obstáculo de las investigaciones al régimen dictatorial y corrupto de Fujimori, un decidido enemigo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y un obcecado enemigo de la defensa de los derechos humanos."

El padre Cáceres vive fuera de Lima así que está libre del brazo silenciador de Cipriani.

Este escándalo provocó el rechazo de la opinión pública, y el periodista Edmundo Cruz realizó una investigación en La República:

"Juan Luis Cipriani actúa con prepotencia. Ha fragmentado el clero en tendencias y no busca armonizar sino que, por el contrario, azuza la confrontación y sataniza a sus adversarios. Reflejo de esta postura es lo ocurrido en Arequipa, donde una gestión igualmente autoritaria ha provocado que un sacerdote joven, Alfredo Ungaro Curasi, enjuicie por difamación (sin que le falten razones) al arzobispo de la Ciudad Blanca Javier del Río Alba. Este no ha tenido mejor idea que responder con un aviso pagado con la firma (¿forzada?)de obispos y sacerdotes. A mitad de semana llamamos a la oficina de prensa de la Arquidiócesis de Lima y les expusimos con claridad el tema. Pidieron teléfono y e-mail para responder pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. Todo parece indicar que después de la publicación de esta nota Cipriani ensayará nuevas represalias. Estaremos atentos".

Nosotros también.

Otro caso más: Cipriani separa a R.P. Ricardo Padró y su comunidad. El Arzobispo buscaría apropiarse de PAXTV, un canal que dirige el padre sancionado pero que es propiedad de una asociación civil. En: La República.

Recuerden que ya le había faltado el respeto a Mons. Gerhard Ludwig Müller, obispo de Ratisbona (Alemania) y muy cercano al Papa Benedicto XVI.

jueves, 16 de julio de 2009

El cardenal del folclore


A Cipriani le molesta mucho que los medios lo llamen Cipriani a secas en lugar de Cardenal, Su Excelencia, Monseñor o Juan Luis Cardenal Cipriani como manda el protocolo romano. No le falta razón, debe ser horrible llamarse como él.

En realidad, es paradójico que bajo el reinado de uno de los Papas más académicos e intelectuales de la historia reciente, la sede limense esté en manos de un arzobispo tan poco cultivado. Sabido es que al Opus lo que le sobra en plata, le falta en intelecto; pero lo de Cipriani es vergonzoso hasta para los estándares de la Obra.

Resulta intolerable que apenas concluido el año paulino y puesta en circulación la encíclica Caritas en veritate de Benedicto XVI, el “fascista Cipriani” (César Hildebrandt dixit) omita una discusión a fondo sobre lo que la Carta plantea en torno a la crisis actual del capitalismo desde una perspectiva católica.

Puede criticarse al Papa teutón por varias opiniones suyas que abandonan los avances de Vaticano II o por su incursión desinformada en temas mundanos (alguien debería explicarle para que sirve un condón, por ejemplo). Sin embargo, nadie puede negarle el esfuerzo por corregir sin aspavientos los excesos ideológicos de su antecesor y dotar a los católicos de un documento pastoral con el cual batallar en la crítica hora actual.

Bueno, ¿qué hace con el magisterio benedictino el pedestre purpurado del Opus que está convirtiendo a una de las más grandes capitales católicas de América en un bastión evangélico? La respuesta es simple: Nada. Prefiere lanzar disparates desde su cabina de la muy sospechosa RPP sabatina en lugar de trabajar porque se difunda el mensaje del Vaticano. El Papa pide a los católicos que luchen por una globalización más justa en el siglo XXI mientras el arzobispo de Lima se empeña en retroceder a la Edad Media.

Por fortuna Roma no perdona el escándalo y envía señales claras que solo la vanidad puede ignorar. La trayectoria del actual nuncio vaticano en el Perú está en las antípodas del Opus en temas como los derechos humanos. Las invitaciones a Italia coinciden con celebraciones que Cipriani se pierde en Lima, como la del Día del Santo Padre. Los encargos cardenalicios superan sus escasa competencias profesionales, como el Comité de Finanzas. El Papa Ratzinger se reúne cordialmente con Barack Obama a pesar de las diferencias entre ambos y la gran campaña en contra del presidente demócrata que realizaron los pares de Cipriani en Estados Unidos.

A buen entendedor...

domingo, 8 de marzo de 2009

El cardenal de la Orden "de a sol"

Monseñor exhibiendo su bien merecida "Orden de a sol"

En el día internacional de la mujer César Hildebrandt nos regaló una de las mejores descripciones que se hayan hecho del Cardenal "de a sol". ¿Ustedes creyeron que fue la "Orden del Sol"? No, seguro escucharon mal.

El texto de Hildebrandt es de La Primera, domingo 8 de marzo del 2009:

El fascista Cipriani

El Cardenal Cipriani debe odiar a la Iglesia Católica. Podría ser hasta un infiltrado en sus filas, un demonio con alas de papier mâché, un íncubo luterano decidido a desprestigiar a Roma.

¿O es que es impresentable sólo porque le da la gana y sin propósitos ulteriores?

Cuando los inocentes eran sospechosos y los sospechosos eran terroristas y los terroristas eran desaparecidos, Cipriani apoyó firmemente, en Ayacucho, los desmanes militares que casi nos cuestan perder la guerra con el maoismo homicida de Sendero.

Jamás defendió a las víctimas del fascismo fujimorista. Al contrario, alguna vez sostuvo que la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, una entidad que exponía el pellejo en defensa de los inocentes victimados por la barbarie de ambos lados, era “una cojudez”.

Porque Cipriani no sólo es fascista de convicción y franquista melancólico sino que también es procaz.

Alguna vez lo grabaron dando una charla en la Escuela Militar de Chorrillos y este columnista tuvo el privilegio de propalar parte de esas imágenes en un programa de TV.

Allí, con el lenguaje de un asaltante de caminos y el alma de un abusador de mujeres, habló “a lo macho”. Allí virtió parte de su alma y lo que virtió no le hizo ningún bien a la institución que desde hace dos mil años pretende decirnos que sus pastores son gente mejor que los mortales comunes y corrientes.

Cipriani no sólo no es mejor que cualquiera. Cipriani es peor que cualquier laico con pocos valores.

Porque el laico más imperfecto que uno pueda imaginar no se disfraza de jerarca romano ni pretende señalarnos el camino que conduce al cielo.

Cipriani es fascista probado, es ordinario como un suboficial encervezado, es teatrero como cuando simuló llorar después de lo de la embajada del Japón y es odioso por donde se le mire y desde donde se le oiga porque su único interés es el de contribuir al inmovilismo. Es un discurso de la Confiep con un amén al final. Es el hombre que el mártir Oscar Arnulfo Romero, obispo salvadoreño asesinado por la derecha en plena misa, no habría siquiera saludado.

Cipriani fue nombrado cardenal por un Papa que coordinaba con la CIA, que recibía en secreto al enviado de Reagan para ver qué se hacía en Varsovia y que combinaba sin remordimientos la misión pastoral y su labor de destruir todo lo de progresista y moderno que en la Iglesia Católica se había levantado desde el Concilio Vaticano II.

Paulo VI fue el iluminado que quiso emparentar, por segunda vez, la Iglesia Católica con los intereses de los que más sufren. Porque Paulo VI entendió que el sufrimiento social es evitable y que es el orden mundial, podrido desde la raíz, el que lo convierte en endémico.

Paulo VI quería regresar a los orígenes de una Iglesia que, antes de ser Roma, fue fe y pobreza, ejemplo y humildad. Estuvo a punto de lograrlo hasta que llegaron las hordas de la restauración con el Opus Dei a la cabeza y los sodálites en la infantería.

Esas hordas han restablecido el orden que terminará matando a la iglesia de Roma. El orden del Sacro Imperio. El orden inamovible de los ricos que mandan y los pobres que deben esperar vivir mejor en el cielo. “Allí tomaréis sopa, hermanos míos”, decía Neruda.

Y de esas hordas pasatistas y de ese orden que olvidó a San Francisco y recuperó el sentido del imperio nació la espantosa nominación del Cardenal Cipriani, siniestra expresión del Opus Dei y consejero espiritual de Fujimori.

Y ayer este señor, que quiere pasar por comentarista desinteresado, ha dicho que el Museo de la Memoria no debe levantarse porque “no contribuye a la reconciliación del país”.

Bueno, el Museo de la Inquisición, donde Cipriani debería figurar en cera y con el disfraz de prelado que tanto le gusta, tampoco es que fomente la reconciliación entre la Iglesia y sus víctimas.

Y, sin embargo, el Museo de la Inquisición existe porque resume un capítulo de la historia.

Aparte de adular a Alan García y de censurar a quienes enfrentan las provocaciones de Chile -recordándonos la peor diplomacia de Roma frente a los poderes fácticos-, Cipriani se ha permitido decirle a los propulsores del Museo de la Memoria -es decir, al gobierno alemán de la conservadora Ángela Merkel- que “no se debe permitir injerencias extranjeras”.

¡Y lo dice este funcionario de una Iglesia con sede en Roma, con casa matriz en el Estado del Vaticano y con nuncios embajadores acogidos al estatuto de la extraterritorialidad!

Es hora de decirle a Cipriani cuán inaceptable resulta como personaje espiritual. Es hora de recordarle que si la Iglesia Católica sufre de anemia sacerdotal y crisis de feligresía es por gente como él. Es hora de decirle, en suma, que la maldición de los hipócritas es que no pueden ocultar su hipocresía.

Ya he dicho que me duele ser agnóstico. Pero cuando escucho a Cipriani decir cosas como la de ayer me reafirmo en mi catedral de dudas. Bueno, dudas relativas. No tengo la menor duda, por ejemplo, de que Cipriani no representa a Dios -como quiera que se pueda entender esta definición-.

Y para recordar siempre de quién hablamos realmente, nada mejor que una ficha:



Y una foto:


Otros rebotes:

César Hildebrandt Blogger

Mirando puntos de vista

martes, 6 de enero de 2009

Las malas notas de Cipriani


(Papa Juan Pablo II amonestando a Ernesto Cardenal, sacerdote y Ministro de Cultura del gobierno sandinista en Nicaragua, 1983)

Gracias a estos dos post del Gran Combo Club sobre el descenso de seguidores de la religión católica y el terreno ganado por los evangelistas:

La transición religiosa peruana

Algunos datos adicionales sobre la transición religiosa en el Perú

Hay algunas reflexiones que pueden hacerse sobre el tema.

Las cifras reales de caída de la religión católica pueden ser mayores que las recogidas en el censo del 2007 porque Monseñor Cipriani hizo campaña pública para que no fuera obligatorio responder a la pregunta sobre "religión" al tratarse de un ámbito de la vida privada. Por ello, es probable que esa caída de 90% a 82% pueda ser aún mayor.


La Iglesia católica ha retrocedido en otros países también y a eso ha contribuido El Vaticano en los últimos 30 años. Juan Pablo subió en 1978 y "ganó" católicos con sus viajes y excelente uso de los medios, pero no los conservó al apostar por los sectores más conservadores del clero en cada lugar visitado, especialmente en los que estaban en medio de conflictos estructurales (Perú, Nicaragua El Salvador, etc.)

En el Perú, desde los ochenta se ha venido desmantelando todo el trabajo de bases de la Iglesia y del laicado más progresista. Los obispos ultraconservadores intervinieron las parroquias de las zonas urbano marginales y del campo imponiendo una pastoral cuasi falangista obsesionada por impedir que los jóvenes sean jóvenes. El Concilio Vaticano II hablaba de paternidad responsable, mientras que los del Opus Dei retroceden a "tened los hijos que el señor os mande".

Así, a partir de las frías cifras puede decirse que Monseñor Cipriani, cumbre intelectual en asuntos teológicos y paradigma de la doctrina social de la Iglesia según sus ayayeros, está provocando una tremenda caida en la población católica peruana a pesar de toda la propaganda con la que cuenta.

Los nuevos extirpadores


A partir del anuncio de la XVII entrega del Premio Nacional de DDHH (otorgado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos... sí, la “cojudez” a la Congregación Maryknoll, se desataron iras santas y otras no tanto en el seno de la casa de Monseñor Cipriani.

El tema de fondo, desarrollado en varios artículos periodísticos y un extenso recuento en este blog, es antiguo, pero se ha agudizado estos días por la ofensiva (de fin de año, entre panetón y pavo) de los sectores más conservadores de la Iglesia que no quieren una línea pastoral que trabaje por y para el pobre, sino a partir de sus intereses personales e ideológicos. Quieren una Iglesia colonial, medieval, ultraconservadora. Quieren impedir que verdaderas órdenes, muy distintas de la firma Opus Dei (y sus apéndices) trabajen en la zona.

La historia de la Congregación Maryknoll en el Perú se inicia en 1943, cuando llegan a Lima. En 1952 crearon en Puno el Instituto Maryknoll para el estudio del quechua y aymara, con la intención de conocer y compenetrarse con la población con la cual trabajarían. En 1957 la congregación crea la Escuela de Catequistas en Puno y el Instituto Catequístico del Cusco, frente a la necesidad de contar con personas del lugar preparadas para llevar a cabo una pastoral moderna e inclusiva. Ese mismo año, 1957, el Vaticano le ofrece a la Congregación Maryknoll la Prelatura de Juli.

La historia de la Prelatura de Juli es extensa, pero vale la pena mencionar la creación de las escuelas radiofónicas, los Institutos de Educación Rural (IER), y las Vicarías de la Solidaridad, que entre otros logros, permitieron derrotar la violencia terrorista de Sendero Luminoso, desde el campo de la legalidad y de la defensa de la vida. Justamente sobre este tema, el diario Perú21 ha publicado una entrevista a la abogada Luz Herquinio, donde se ve el enorme trabajo que ha realizado la Congregación. Toda esta contribución quiere ser borrada ahora por una “pastoral” paternalista que quiere una Iglesia limitada a los rezos y las alabanzas.

Qué facil fue para José María Ortega (actual obispo prelado de Juli, miembro de la Sociedad de Santa Cruz, asociada al Opus Dei) llegar en el 2006, cuando todo el trabajo duro ya estaba hecho, y empezar a hostigar a los Maryknoll que no compartían su visión franquista del catolicismo hasta declararlos innecesarios en Juli a partir del 2009. Más grave aún, se formularon cargos injustificados sobre pequeñas sumas de dinero supuestamente faltantes, sin considerar que estas ya habían sido cubiertas y, sobre todo, que la enorme infraestructura construida y costeada por los Maryknoll a lo largo de los años quedaba ahora gratuitamente en manos del obispo Ortega.

Eso se llama mezquindad y falsedad así digan lo contrario sus medios de prensa y a sus acólitos. La carta que sigue trata, más bien, de solidaridad y veracidad:


Si quieren saber más sobre el tema, les recomendamos que revisen:

Causa Justa. Los Maryknoll, echados de Juli (Ronald Gamarra, La República)

Premio DDHH Maryknoll (CRP)

LOS LIOS EN LA IGLESIA CATOLICA (Desde el tercer piso)

Martini pide la reforma de la Iglesia (El País)

Coordinadora Nacional de DDHH premia a la congregación Maryknoll (Radio Evangelización)

Solidaridad con sacerdotes de Maryknoll despedidos por el Obispo de Puno (Radio Evangelización)