martes, 6 de abril de 2010

El cardenal en su laberinto

Hacer click para agrandar la imagen. Love Story.

Dicen los entendidos que Cipriani no hace la misa en latín porque no sabe suficientes lisuras en esa lengua. El gran Juan Acevedo retrata bien al cardenal bocasucia en su arremetida contra el ministro Ugarte y en su cortina de humo para distraer a la población del tema del encubrimiento de los casos de pedofilia en la Iglesia.

Para Cipriani, solo los embriones tienen derechos, los niños abusados tienen cojudeces. Por eso, cuervo precavido vale por dos, ha ordenado una limpieza selectiva de los archivos locales para que no queden huellas (de los amigos, se entiende) de algún exceso. No vaya a ser que cambien los vientos en unos años y vengan curiosos a exhumar pecadillos.

Su problema es que hay expedientes que no se olvidan. Por ejemplo, el prontuario pedófilo del piadosísimo Figari, fundador de la secta sodálite, bien merece una revisita de la prensa.

sábado, 3 de abril de 2010

Respeta la Semana Santa, Fariseo!


Fiel a su costumbre de utilizar el púlpito como si fuera un animador de polladas, el infame arzobispo de Lima ha aprovechado una misa de Semana Santa para atacar al ministro de Salud, Oscar Ugarte, y pedir su renuncia por autorizar la distribución de la llamada píldora del día siguiente o anticonceptivo oral de emergencia.

Cipriani no respeta la semana más importante del mundo cristiano en la que se celebra la pascua de resurrección y busca que destituyan al ministro para que ocupe su lugar un médico del opus dei que promueva la castidad y la abstinencia como métodos anticonceptivos.

Su manipulación es aún más repulsiva si se toma en cuenta que lo que busca es distraer la atención de los verdaderos problemas que enfrenta la Iglesia en estos días: las acusaciones de cometer y encubrir abusos sexuales en contra de menores. Claro, eso no le importa a Cipriani, para él es más fácil hablar de embriones y no de los numerosos niños atacados en el Perú por las escorias del opus, el sodalitium y pro ecclesia sancta.

Gracias a Dios, Cipriani ya no tiene credibilidad. Miren lo que el rebaño habla de él en El Comercio que tanto lo quiere.

La foto es inspirada en este dibujo de El Otorongo.