(Papa Juan Pablo II amonestando a Ernesto Cardenal, sacerdote y Ministro de Cultura del gobierno sandinista en Nicaragua, 1983)
Gracias a estos dos post del Gran Combo Club sobre el descenso de seguidores de la religión católica y el terreno ganado por los evangelistas:
La transición religiosa peruana
Algunos datos adicionales sobre la transición religiosa en el Perú
Hay algunas reflexiones que pueden hacerse sobre el tema.
Las cifras reales de caída de la religión católica pueden ser mayores que las recogidas en el censo del 2007 porque Monseñor Cipriani hizo campaña pública para que no fuera obligatorio responder a la pregunta sobre "religión" al tratarse de un ámbito de la vida privada. Por ello, es probable que esa caída de 90% a 82% pueda ser aún mayor.
La Iglesia católica ha retrocedido en otros países también y a eso ha contribuido El Vaticano en los últimos 30 años. Juan Pablo subió en 1978 y "ganó" católicos con sus viajes y excelente uso de los medios, pero no los conservó al apostar por los sectores más conservadores del clero en cada lugar visitado, especialmente en los que estaban en medio de conflictos estructurales (Perú, Nicaragua El Salvador, etc.)
En el Perú, desde los ochenta se ha venido desmantelando todo el trabajo de bases de la Iglesia y del laicado más progresista. Los obispos ultraconservadores intervinieron las parroquias de las zonas urbano marginales y del campo imponiendo una pastoral cuasi falangista obsesionada por impedir que los jóvenes sean jóvenes. El Concilio Vaticano II hablaba de paternidad responsable, mientras que los del Opus Dei retroceden a "tened los hijos que el señor os mande".
Así, a partir de las frías cifras puede decirse que Monseñor Cipriani, cumbre intelectual en asuntos teológicos y paradigma de la doctrina social de la Iglesia según sus ayayeros, está provocando una tremenda caida en la población católica peruana a pesar de toda la propaganda con la que cuenta.
La transición religiosa peruana
Algunos datos adicionales sobre la transición religiosa en el Perú
Hay algunas reflexiones que pueden hacerse sobre el tema.
Las cifras reales de caída de la religión católica pueden ser mayores que las recogidas en el censo del 2007 porque Monseñor Cipriani hizo campaña pública para que no fuera obligatorio responder a la pregunta sobre "religión" al tratarse de un ámbito de la vida privada. Por ello, es probable que esa caída de 90% a 82% pueda ser aún mayor.
La Iglesia católica ha retrocedido en otros países también y a eso ha contribuido El Vaticano en los últimos 30 años. Juan Pablo subió en 1978 y "ganó" católicos con sus viajes y excelente uso de los medios, pero no los conservó al apostar por los sectores más conservadores del clero en cada lugar visitado, especialmente en los que estaban en medio de conflictos estructurales (Perú, Nicaragua El Salvador, etc.)
En el Perú, desde los ochenta se ha venido desmantelando todo el trabajo de bases de la Iglesia y del laicado más progresista. Los obispos ultraconservadores intervinieron las parroquias de las zonas urbano marginales y del campo imponiendo una pastoral cuasi falangista obsesionada por impedir que los jóvenes sean jóvenes. El Concilio Vaticano II hablaba de paternidad responsable, mientras que los del Opus Dei retroceden a "tened los hijos que el señor os mande".
Así, a partir de las frías cifras puede decirse que Monseñor Cipriani, cumbre intelectual en asuntos teológicos y paradigma de la doctrina social de la Iglesia según sus ayayeros, está provocando una tremenda caida en la población católica peruana a pesar de toda la propaganda con la que cuenta.